0,1 décimas de segundo,algo tan
escaso y fugaz, a veces sirve para hacer explotar de alegría a
una hinchada y entristecer a la de enfrente o la de al lado. Hoy un
triple de Llull a eso, a falta de 0'1 décimas, ha servido para tirar
por tierra todo el trabajo del Barcelona en los otros 39' 59,9''. Ha
hecho que el trayecto de vuelta de los aficionados blaugrana sea
largo y oscuro mientras que los que regresen a la capital lo hagan
con una sonrisa de oreja a oreja.
El Madrid-Barsa de esta tarde ha vuelto
a poner el baloncesto en el lugar que se merece, en portadas de
telediarios y periódicos, en la conversación entre dos colegas en
el bar de la esquina o en un ascensor. Dentro de diez años quizás
este partido se recuerde como aquel final de Liga ACB en el que el
Madrid de Herreros remontó diez puntos en un minuto o como la
apisonadora Gasol en el Barça.
Volviendo al partido, al clásico del
baloncesto. El partido ha sido intenso, trabado y duradero (casi dos
horas de partidos). El Madrid ha conseguido llevarse la 24º Copa ACB
a sus vitrinas y desempatar con el Barça como el equipo que más
tiene.
El primer cuarto ha sido el más soso.
Extraño ver un periodo en el que el Madrid haya metido solo 16
puntos mientras que el Barça ha encestado uno más, 17. El ritmo de
partido lo llevaba el conjunto barcelonés con Marcelinho, partidazo del brasileño que
ha destrozado la defensa blanca con sus tiros a una pierna en
penetraciones a canasta. El Madrid, incomodo en ataque, no podía
juntar dos canastas seguidas, hacer un contraataque sencillo o tirar
cómodamente desde cualquier posición, ya sea de tres o de dos.
El segundo parcial se jugó con más
ritmo y parecía superior el Madrid, aunque no se escapaba en el
marcador. Rudy y Mirotic hacían todo lo posible por estirar el
marcador pero el bloqueo y continuación del Barça daba su frutos y
hacía que Tomic se hartará a meter puntos en situaciones de
superioridad. También ayudaron los triples de Abrines. Con el Chacho
atascado gracias a la labor de Sada y con Carroll desaparecido, su
antídoto es Oleson, la única producción ofensiva estaba en manos
del balear y del hispano-montenegrino, por lo que se llegó con
ventaja de los de Pascual al descanso (42-38).
La segunda parte siguió igualada pero
daba la sensación que el Madrid estaba pisando fuerte el acelerador
gracias a la tarea incansable de Draper. Un triple suyo y dos de Rudy
tuvieron respuesta en Huertas, autor de ocho puntos seguidos, para
evitar la fuga madridista.
Ya en el último cuarto y en el minuto
final, el partido llegó con ventaja mínima blanca pero una pérdida
inoportuna e inusual del “Chacho” acabó en un dos mas uno de
Oleson que ponía por delante al conjunto blaugrana 76-75 a falta de
ocho segundos. Ahí apareció Rodríguez para subir el balón, atraer
a tres jugadores y dar un pase a Llull, solo en la esquina. Encestó
y el Madrid ganó el partido en el último segundo. La locura
se desbordó en el pabellón.
Así Felipe Reyes alzó un título más,
el quinto en la era Laso y Mirotic siguió engrandeciendo su figura
con el MVP del torneo.
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