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La injusta organización multisede de la UEFA EURO 2020

Written By Juan Carlos Rodríguez dos Santos on miércoles, 11 de agosto de 2021 | 19:30

La UEFA EURO 2020 pasará a la historia como la primera Eurocopa retrasada por la pandemia de la COVID-19, pero también por su formato: toda Europa fue anfitriona del torneo. En concreto once ciudades de once países distintos albergaron partidos de la EURO 2020. El Comité Ejecutivo de la UEFA tomó la decisión en 2013 con motivo de la celebración del 60º aniversario de la competición iniciada en Francia 1960. Del plan inicial se cayeron dos sedes: Bélgica tras la paralización de la construcción del Eurostadium y República de Irlanda/Dublín por las restricciones que prohibían la entrada de público trasladando sus partidos a San Petersburgo, sede ya designada. Por último, las restricciones de público provocaron que Sevilla sustituyese a Bilbao como sede manteniendo a España como uno de los países anfitriones.

La idea fue un bonito detalle al aniversario del campeonato europeo, sin embargo resultó ser contraproducente y acabó perjudicando al torneo. Ceferin, presidente de la UEFA, heredó este proyecto del polémico Michel Platini (suspendido por casos de corrupción) y declaró que "no fue fácil. Fue un formato decidido antes de mi llegada. Es una idea interesante, pero díficl de implementar y no lo volveremos a hacer."

Una de las escasas ventajas del innovador formato fue permitir que países más pequeños, con pocas opciones de ser anfitriones de una edición, sean sede de partidos de la Eurocopa. Es el caso de países como Rumanía, Azerbaiyán o Hungría que albergaron tres partidos de la fase de grupos más uno de la fase eliminatoria, y más especial fue el caso húngaro cuya selección jugó dos partidos como local. Las sedes repartidas por todo el continente también permitía que todos los aficionados tengan un partido cerca o incluso en su propio país. Sin embargo las condiciones bajo las que se desarrolló el torneo no han sido las idóneas y cabe reconocer que tampoco eran previsibles en 2012 cuando se tomó la decisión. La salida del Reino Unido de Europa, proceso conocido como brexit, afectó al torneo de manera directa como la gran sede de esta edición pero no se inició hasta el referéndum de 2016 y se alargó hasta su aplicación durante el año 2020. Más impredecible aún fue la llegada de la enfermadad coronavirus que provocó una pandemia mundial, retrasó el torneo durante un año y lo condicionó bajo restrictivas medidas sanitarias perdiendo las sedes de Dublín y Bilbao.

Por otro lado las desventajas son tantas que el adjetivo para calificar "la Eurocopa más europea de la historia" es injusta, tanto para las selecciones como para los aficionados. Primero por la pérdida de dos ciudades como sedes, Dublín y Bilbao, con motivo de las restricciones sanitarias. Las medidas para prevenir el COVID son distintas y variadas en cada país provocando un contraste entre sedes casi vacías con otras llenas que nos recordó al fútbol antes de la pandemia (es el caso de Hungría). Los aficionados han sido los primeros perjudicados en su experiencia además del elevado coste que ha supuesto seguir a su combinado nacional. Han tenido que realizar muchos viajes e incluso algunos fuera de la Unión Europea, cumplir distintas normas sanitarias con incertidumbre hasta el último momento, el cambio de divisa y las diferentes jurisdicciones. Una tarea demasiado difícil y costosa para los aficionados. Se ha perdido la identidad cultural y la experiencia. 

A nivel deportivo el COVID ha influido de manera inevitable dejando fuera de competición a algunos jugadores que se han visto resignados a abandonar su selección, como fue el caso de Cancelo con Portugal. El sistema multisede ha afectado al desarrollo y rendimiento deportivo hasta convertirse en un factor decisivo. El principal problema han sido los viajes y el desgaste físico que conllevan, las selecciones que más han viajado se han visto fuermente perjudicadas en comparación a sus rivales: han tenido menos preparación y descanso, han sufrido un desgaste físico extra por viaje y además han tenido la dificultad de adaptarse a diferentes climas y temperaturas, e incluso a ambientes de estadios con diferente asistencia.

Pese a ser una Eurocopa disputada por toda Europa, Inglaterra ha sido la gran anfitriona de esta edición albergando partidos de la fase de grupos, dos partidos de octavos de final, ambas semifinales y la gran final. La selección inglesa se ha beneficiado de jugar en Londres, como local se ha mantenido invicta en la fase de grupo con dos victorias y un empate sin goles encajados. En la fase eliminatoria solo jugaron fuera el partido de cuartos de final contra Ucrania, pero tampoco tuvieron que viajar una gran distancia al disputarse en Roma, mientras que los octavos contra Alemania y la semifinal contra Dinamarca la disputaron en su estadio nacional de Wembley. La escasez de viajes sumada a la ruta más fácil del cuadro permitió que el país creador del fútbol llegase a su primera final europea en la historia, pese a todo acabaron perdiendo contra Italia. La campeona Italia ha sido otra selección favorecida en términos de movilidad. Los tres partidos de la fase de grupos fueron en Roma donde sumaron tres victorias incontestables y en la fase eliminatoria viajaron a Múnich (cuartos de final) y Londres en tres ocasiones (octavos, semifinales y final), con su campamento base en la ciudad de Florencia al norte del país, los viajes no han influido en su camino al título.

Las diferencias de kilómetros recorridos por selecciones son muy dispares provocando una desigualdad competitiva evidente. La fase de grupos, el inicio del torneo, separó a selecciones con miles de kilómetros con las anfitrionas que no tuvieron que viajar o en su defecto lo hicieron muy cerca de su sede. Los datos varían, algunos toman en cuenta la distancia desde el campamento base y otros solo desde los estadios, pero existe una disparidad enorme. Se refleja en la comparativa entre Suiza y Escocia, la que más distancia viajó con la que menos sin contar los países anfitriones. Mientras la selección helvética superó los 10.000 kilómetros en la fase de grupos, Escocia apenas superó los 1.000 kilómetros. Las diferencias crecen en el primer partido de la fase eliminatoria, los octavos de final, con Suiza superando los 13.600 kilómetros mientras que Dinamarca no llega a los 1.000 kilómetros, de hecho se queda corta de los 900. Suiza, eliminada en cuartos de final en su segunda tanda de penaltis consecutiva, acabó el torneo con 15.485 kilómetros recorridos con la fatiga que supone, del otro lado Inglaterra no tuvo que viajar salvo en su duelo de cuartos de final en la cercana Roma. Unas diferencias muy amplías que afectan al rendimiento deportivo y manipularon la competición.   

La próxima edición regresará la sede única con Alemania repitiendo como anfitrión tras la edición de 1988 en Alemania Federal. Múnich junto con Londres eran las únicas candidatas a albergar la fase final de la EURO 2020 (véase semifinales y final) con la decisión decantándose por Wembley por diversos factores, uno de ellos que la próxima edición se disputaría por completo en suelo teutón. Die Mannschaft, como se conoce a la selección alemana, domina el palmarés con 3 títulos. Aunque España también cuenta con los mismos títulos, al historial alemán hay que sumarle 3 subcampeonatos que le convierten en la selección con más finales disputadas con 6 además de 3 semifinales (no se juega partido por el tercer puesto). En total 9 ocasiones entre las cuatro selecciones más poderosas de Europa del total de 16 ediciones celebradas.

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