Cada cierto tiempo, aparecen
futbolistas capaces de hacer temblar todos los registros, a los que no se les
ve su techo. Jugadores que no sólo amenazan con ser los grandes protagonistas
de este deporte durante el tiempo que estén en activo, sino para siempre. Es el
caso de Leo Messi, un auténtico devorador de mitos que avanza con paso firme
hacia un Olimpo del balompié en el que, de no ocurrir nada extraño en los
próximos años, dejará atrás a todos los que ya vivían en él.
De momento, ya lo ha hecho en su
club, el Barcelona. Ahí ha pulverizado el mítico récord de César, quien alcanzó
los 232 tantos en partido oficial con la elástica azulgrana. No en vano, la
‘Pulga’ suma ya la friolera de 234, habiendo necesitado para ello apenas ocho
temporadas, casi la mitad que el anterior plusmarquista culé, que lo consiguió
tras jugar 14 campañas en el Camp Nou. Por tanto, margen tiene de sobra como
para seguir creciendo y elevar sus números hasta cotas prácticamente
inalcanzables para el resto.
Y prácticamente lo mismo ocurre
cuando se compara al delantero argentino con los mejores de la historia. Así, sumando
los nueve goles que ha firmado con la albiceleste, alcanza un total de 243, superando con creces los ‘chicharros’ que a su edad, 24 años, habían celebrado gente de
la talla de Di Stefano (59), Müller (159), Romario (178), Maradona (182) o Raúl
(192). En cambio, sí se ve superado por ‘killers’ como Puskas (274), Ronaldo
(321) y Pelé (361).
Pero la juventud y proyección de
Messi hace presagiar que todavía le quedan muchísimos años de carrera por
delante y nuevos registros que batir. De hecho, actualmente se encuentra
relativamente cerca del global de tantos que logró hasta que se retiró el
mismísmo Maradona (311), del que apenas le separan 70 dianas. Teniendo en
cuenta que a estas alturas de curso ya lleva 59 entre duelos oficiales y los
amistosos con su selección, las cuentas salen prácticamente solas: de aquí a un
par de temporadas como mucho lo podría tener a tiro.
Entonces, el siguiente objetivo
podría ser las 377 de Di Stefano o, algo más lejos, las 433 que ya suma Raúl.
Algo más difícil tendrá igualar las cifras anotadoras de Ronaldo (507), Müller
(650), Romario (665), Puskas (700) y Pelé (760). A este respecto, y poniéndonos
en el supuesto de que la ‘Pulga’ colgase las botas a los 34 años y mantuviese
sus números, llegaría a los 729. Si a eso le añadimos que, a tenor de la
estadística, el argentino va creciendo año a año, ‘O Rei’ podría estar muy
cerca de verse obligado a ceder su cetro.
Es más, los 34 ‘chicharros’ que
lleva este año en Liga se corresponden con su récord personal en la competición
doméstica, lo que además de convertirle en el principal rival de Cristiano
Ronaldo por el Pichichi más caro de la historia, le han disparado en la clasificación
de artilleros del torneo desde que comenzó, allá por 1928. No en vano, el ‘10’
barcelonista ocupa la decimosexta plaza de ese ránking, con un total de 153 en
204 encuentros. Pero cuenta con muchas
opciones de mejorar su puesto de aquí a final de curso.
Basta recordar que le quedan por delante aún 10 jornadas y que tiene a cuatro jugadores bastante cerca. Así, con simplemente firmar un gol por partido, superaría a Puskas (156), Luis Aragonés (160), Villa (161) y Eto’o (162). De igual modo, la primera plaza, propiedad de Telmo Zarra con 252 tantos, parece estar al alcance también de la ‘Pulga’, que volviendo al ejemplo de una hipotética retirada a los 34 llegaría a la friolera de 465. Y eso obviando su clarísimo margen de mejora. Sencillamente espectacular.
Algo parecido le ocurre en la
Champions, en cuyo global histórico se encuentra quinto con 49 goles, los
mismos que Di Stéfano. Incluso, no sería descabellado que llegase a ostentar la
tercera plaza esta misma temporada, puesto que se encuentra a tan sólo un
‘chicharro’ de los 50 de Thierry Henry. Algo más lejos está del liderato,
propiedad de Raúl González, con 71, pero que el Barça sea fijo en la máxima
competición continental y su brutal olfato goleador invitan a pensar que será
fácil que lo mejore.
Con todo ello, parece claro que si las lesiones no lo impiden, podemos decir que estamos ante el llamado a ser el mejor futbolista de la historia. No en vano, nadie ha ganado más veces el Balón de Oro que él ni el FIFA World Player. Tan sólo se le ha resistido de momento el Mundial, un objetivo para cuya consecución, tal y como él mismo ha afirmado, hará cuanto esté en su mano. Si lo hace, estaremos de enhorabuena, porque en el camino seguirá destrozando récords y haciéndonos disfrutar de lo lindo con su juego.
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