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Atlético: La precipitación por filosofía

Written By Juan Carlos Rodríguez dos Santos on viernes, 6 de enero de 2012 | 16:10



Hace ya alrededor de una década desde que el tercer club de España en títulos y masa social regresara del infierno, y si tuviéramos que buscar una palabra que definiera esta década, sin duda sería precipitación.

Porque desde aquel primer año se quiso volver a Europa sin dar esos pasos que todo equipo, se llame como se llame, debe dar para asentar un equipo y un proyecto en general. Tres o cuatro temporadas se estuvo confiando en que Fernando Torres les llevara a Europa. Porque el proyecto parecía ser rodear al niño de medianías o jugadores con un año bueno a sus espaldas.

Tras incontables entrenadores y jugadores pasados por las oficinas del club durante estos años, Rafa Benítez decidió que Fernando Torres merecía pelear por cotas mayores y el niño hizo las maletas rumbo a la premier dejando las arcas llenas. Es cuando en una de las pocas acertadas decisiones de la directiva, se invierte en colocar junto a un joven Agüero a un rubio uruguayo que se había cansado de golear allá por el Mediterráneo.

Son años de Europa League incluso alguno que otro de Champions, y aunque la estabilidad en el banquillo no era total, parecía formarse un equipo alrededor de estos dos jugadores. Pero a mediados de 2009 algo cambió en la ribera del Manzanares.
Todo parecía ir como siempre allá por enero, equipo clasificado fuera de puestos europeos, afición descontenta, debacle en Copa en Huelva y posterior euforia con la remontada en el Calderón etc. A todo esto y con un Quique Sánchez Flores recién sentado en el banquillo, la temporada va avanzando y en esa ruleta rusa constante en la que se mueve el Atlético de Madrid aparecen una final de Copa, un título de Europa League y una Supercopa de Europa. Increíble si esto se cuenta a principio de temporada.

Cualquier otro equipo pensaría haber encontrado el proyecto que tanto se llevaba buscando. Bien, en lugar de eso, dos años después el once titular y la plantilla son casi irreconocibles.

Se regala a Simao, los grandes de Europa llaman a la puerta de Agüero y De Gea, y la precipitación hace que cuando Forlán y Quique mantienen un pulso, se venda al uruguayo pero luego no se tenga paciencia con Quique, o que si un año después se de la misma situación con Reyes y Manzano, se destituya al técnico pero también se malvenda a una pieza clave del proyecto, reforzando además a un rival directo.

Una temporada más, el Atlético empieza la carrera hacia Europa con desventaja aunque aún está a tiempo de salir airoso del aprieto. Tiene plantilla, tiene entrenador y vuelve a tener ilusión. Esperemos que los Reyes Magos hayan pasado por las oficinas del Calderón y dejado un poco de sentido común.

José Antonio Glez. Betanzos
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