Desde 2008 a la actualidad se resume el periodo más triunfal, laureado e importante de la historia de la selección española.
Un grupo de 23 aventureros viajó a Suiza y Austria en el verano de 2008 con la siempre vitola de ser una de las apuestas en la Eurocopa, pero con el temor a los fatídicos cuartos de final en la memoria de todos. No sólo rompieron el maleficio con las rondas finales sino también con Italia, a la que nunca se había ganado en partido oficial, y lograron la segunda Eurocopa en el palmarés de España. En aquel once de ensueño figuraban tres jugadores del Barcelona: Xavi Hernández, Carles Puyol y Andrés Iniesta.
Tres años después los logros del club azulgrana se han multiplicado y consigo los representantes que aporta a la selección. En la última convocatoria de Vicente Del Bosque para los duelos ante Chile y Liechtenstein figuran 9 jugadores de Pep Guardiola: Víctor Valdés, Andrés Iniesta, Xavi Hernández, Cesc Fábregas, David Villa, Thiago Alcántara, Sergio Busquets, Pedrito y Martín Montoya, sin contar con habituales en las apuestas de partidos internacionales como Carles Puyol y Gerard Piqué, ausentes por lesión.
España se retroalimenta de la filosofía de Pep, apostando por la cantera y el fútbol nacional, mientras otros prefieren invertir en desconocidos con precio de crack. En otras palabras, el núcleo de la selección ha cambiado considerablemente. En los tiempos de Luis Aragonés el equipo más importante era el Valencia, pero a día de hoy se ha quedado sin contribución alguna, tras la venta de Juan Mata al Chelsea.
Toda una revolución que comenzó con la irrupción de Busquets y Pedrito en el once de Pep, el fichaje de Piqué y el cambió de Valdés por Andrés Palop como tercer portero, aunque ya se le sitúa segundo por delante de Pepe Reina. Si sumamos y combinamos a todos sobre un terreno de juego, Del Bosque podría formar un once íntegramente culé.
Instaurar el ‘buen rollo’
Aunque en las prioridades del seleccionador está reinstaurar en el grupo el pacifismo y ‘buen rollo’. Desde fuera se habla de ruptura, desde dentro de unión. Iker Casillas consciente del derrotero que están tomando los clásicos y del mayor peso del Barça en la absoluta, dio un paso adelante para confraternizar lazos sobre el puente aéreo Madrid-Barcelona. Propuso una cena de la concordia entre internacionales antes de la concentración. Xavi y Puyol, primeros en saber de sus intenciones, vieron con buenos ojos su postura de acercamiento. Quedaron en comunicárselo a sus compañeros de vestuario y dar, presumiblemente, una respuesta positiva al capitán.
No obstante, los acontecimientos han dado un giro de 180 grados en las últimas horas. Según ‘ecodiario.es’, no les ha sentado nada bien que desde el entorno madridista se filtrará la información. Consideran que debió quedar como algo íntimo. Al trascender públicamente, suena más a lavado de imagen por lo ocurrido en la Supercopa, que a un acto sincero de reconciliación.
Conclusión: el grueso de España viajará a Madrid el mismo día de la concentración sin banquete de por medio.
Un grupo de 23 aventureros viajó a Suiza y Austria en el verano de 2008 con la siempre vitola de ser una de las apuestas en la Eurocopa, pero con el temor a los fatídicos cuartos de final en la memoria de todos. No sólo rompieron el maleficio con las rondas finales sino también con Italia, a la que nunca se había ganado en partido oficial, y lograron la segunda Eurocopa en el palmarés de España. En aquel once de ensueño figuraban tres jugadores del Barcelona: Xavi Hernández, Carles Puyol y Andrés Iniesta.
Tres años después los logros del club azulgrana se han multiplicado y consigo los representantes que aporta a la selección. En la última convocatoria de Vicente Del Bosque para los duelos ante Chile y Liechtenstein figuran 9 jugadores de Pep Guardiola: Víctor Valdés, Andrés Iniesta, Xavi Hernández, Cesc Fábregas, David Villa, Thiago Alcántara, Sergio Busquets, Pedrito y Martín Montoya, sin contar con habituales en las apuestas de partidos internacionales como Carles Puyol y Gerard Piqué, ausentes por lesión.
España se retroalimenta de la filosofía de Pep, apostando por la cantera y el fútbol nacional, mientras otros prefieren invertir en desconocidos con precio de crack. En otras palabras, el núcleo de la selección ha cambiado considerablemente. En los tiempos de Luis Aragonés el equipo más importante era el Valencia, pero a día de hoy se ha quedado sin contribución alguna, tras la venta de Juan Mata al Chelsea.
Toda una revolución que comenzó con la irrupción de Busquets y Pedrito en el once de Pep, el fichaje de Piqué y el cambió de Valdés por Andrés Palop como tercer portero, aunque ya se le sitúa segundo por delante de Pepe Reina. Si sumamos y combinamos a todos sobre un terreno de juego, Del Bosque podría formar un once íntegramente culé.
Instaurar el ‘buen rollo’
Aunque en las prioridades del seleccionador está reinstaurar en el grupo el pacifismo y ‘buen rollo’. Desde fuera se habla de ruptura, desde dentro de unión. Iker Casillas consciente del derrotero que están tomando los clásicos y del mayor peso del Barça en la absoluta, dio un paso adelante para confraternizar lazos sobre el puente aéreo Madrid-Barcelona. Propuso una cena de la concordia entre internacionales antes de la concentración. Xavi y Puyol, primeros en saber de sus intenciones, vieron con buenos ojos su postura de acercamiento. Quedaron en comunicárselo a sus compañeros de vestuario y dar, presumiblemente, una respuesta positiva al capitán.
No obstante, los acontecimientos han dado un giro de 180 grados en las últimas horas. Según ‘ecodiario.es’, no les ha sentado nada bien que desde el entorno madridista se filtrará la información. Consideran que debió quedar como algo íntimo. Al trascender públicamente, suena más a lavado de imagen por lo ocurrido en la Supercopa, que a un acto sincero de reconciliación.
Conclusión: el grueso de España viajará a Madrid el mismo día de la concentración sin banquete de por medio.
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